FRUSTRAR NO ES EDUCAR
Por Kyria Querves
Hace ya un tiempo que escucho y leo la frase, “los niños
deben frustrarse”, “educar es frustrar”, “debemos dejar que se frustren”, "tiene baja tolerancia a la frustración". Frustrar no es sinónimo de educar, educar es otra cosa, educar
es empoderar, es dar valores, empatía, es enseñar resiliencia, es hacerles entender
que si las cosas no salen como queremos o como las soñamos y planeamos debemos tener
el valor de sacar lo mejor de esa situación y volverlo a intentar. Es enseñarle a creer en él y mostrarle
varios caminos, es alimentar su autoestima, no con frases eres el mejor ni el más lindo, sino debes sentirte muy bien por haberlo logrado.
Si me frustrara todo el tiempo, difícilmente tendría ganas
de continuar (y pueden responder, bien, entonces si le repito que no, reiteradamente, funcionará) pero esto vale para aquellas cosas que no queremos que hagan pero también para aquellas que si, por ejemplo, poder atarse los cordones. Hay que tener mucho cuidado con estos conceptos.
Educar es poner límites, pero no de forma autoritaria y diciendo No a todo, es buscar alternativas a ese "no". Quizás no podemos hacer esto, pero si esto otro. La importancia del No, radica en el respeto, pero no solamente de lo que está bien o mal, sino del respeto hacia mí mismo. Que un niño pueda decir también no, es realmente importante, porque implica que podrá decir No cuando algo le puede hacer daño y esto incluye desde no quiero que un niño me moleste hasta que mi pareja pueda agredirme o simplemente esto no es lo que quiero para mi vida.
Educar es poner límites, pero no de forma autoritaria y diciendo No a todo, es buscar alternativas a ese "no". Quizás no podemos hacer esto, pero si esto otro. La importancia del No, radica en el respeto, pero no solamente de lo que está bien o mal, sino del respeto hacia mí mismo. Que un niño pueda decir también no, es realmente importante, porque implica que podrá decir No cuando algo le puede hacer daño y esto incluye desde no quiero que un niño me moleste hasta que mi pareja pueda agredirme o simplemente esto no es lo que quiero para mi vida.
Exigimos respeto, exigimos valores, exigimos, exigimos,
pero ¿Somos realmente individuos competentes emocionalmente?,¿damos lo que exigimos?.
Respetar no sólo es no maltratar física y psicológicamente a otro, respetar es darle una atención de calidad, es poder mirar al otro sin atender el celular, es escuchar al otro con todos mis sentidos, es darle oportunidades de equivocarse pero también de reparar el daño, es ser empático y poder mirar a través de sus ojos, el resto es sólo obediencia.
Respetar no sólo es no maltratar física y psicológicamente a otro, respetar es darle una atención de calidad, es poder mirar al otro sin atender el celular, es escuchar al otro con todos mis sentidos, es darle oportunidades de equivocarse pero también de reparar el daño, es ser empático y poder mirar a través de sus ojos, el resto es sólo obediencia.
La gran mayoría usa
el concepto del niño bueno, cuando “se porta bien”, entonces cuando es bebé es
un santo porque no llora y duerme toda la noche, ¡es tan buenito!. Al crecer es bueno porque presta sus cosas,
no tiene rabietas y puede mantenerse
sentado el tiempo que necesitamos para hacer nuestras cosas. A propósito,
bendita tecnología que nos oficia de niñera electrónica, donde pueden pasar
horas mirando estáticos la pantallita, mientras nosotros podemos salir a cenar
con amigos, ausentes totalmente del entorno, no interactuando con el resto,
pero nos molestamos cuando crecen porque están todo el día tras el computador o
el Smartphone.
Los niños necesitan límites, claro que si, porque llegan a este mundo
casi ciegos, porque desconocen el mundo que los rodea y necesitan de una mano
amorosa que les guíe. Porque necesitan saber
hasta dónde les es permitido llegar, no por maldad, ni porque quieren
fastidiarnos (aunque les hayamos repetido cientos de veces que aquello no se
toca), sino porque necesitan ser contenidos para no desbordarse.
Cuidado, cuidado, cuidado! Para educar no hay recetas
mágicas, cada contexto es único, cada niño es único, cada padre es único.