martes, 10 de febrero de 2015

¿Debemos reprimir el llanto?

¿Debemos reprimir el llanto?

Por Kyria Querves




El conocido científico  Charles Darwin explicaba  que  “El llanto representa y alivia el pesar humano, y libera tensión” (de su libro “La expresión de las emociones en los animales y el hombre”). Pese a las bondades del mismo, esta función específicamente humana ha sido rezagada y hasta anulada en algunas civilizaciones por ser considerada un síntoma de debilidad o de inmadurez.

Cuántas veces hemos escuchado o dicho: “los hombres no lloran”, “deja de llorar que no es nada”, “calma, no llores tanto que te hace mal” y tantas otras frases. Esto demuestra  que no tomamos en cuenta que además de ayudarnos a liberar nuestras emociones también ejerce una función biológica en nuestro cuerpo.

El llanto es una respuesta biológica, pensemos en el llanto de un recién nacido,  que indica que ha comenzado a respirar, el de un bebé, producto de hambre, frio, dolor, miedo, enojo o de un niño cuando siente enojo o tristeza o los adultos por las mismas razones.
El llanto es activado por la amígdala cerebral o complejo amigdalino y por una estructura cercana a ella llamada Gyrus Cyngulatus, esta estructura en forma de almendra se encuentra alojada en lo profundo del lóbulo temporal, en el sistema límbico y es responsable de muchas de nuestras respuestas emocionales, pero también de nuestra supervivencia. 


Es la amígdala cerebral que examina los estímulos que provienen del exterior y  estudia si estos son peligrosos para nuestra supervivencia o no, de serlo activa la respuesta de alerta al hipotálamo y al resto del cuerpo, preparándolo para la huída, la lucha o la sumisión.



Durante el llanto el cerebro activa la secreción masiva de dos neurotransmisores, la adrenalina (que nos ayuda para afrontar situación de estrés) y la noradreanlina, esta provoca un efecto del tipo sedante en nuestros músculos, y regula la presión sanguínea, restaurando los niveles hormonales. Por tanto contener el llanto sólo aumentará el malestar y provocará mayores niveles de estrés. Esto demuestra porque algunas personas se duermen luego de llorar por un buen rato, por el estado relajación que provoca en nuestro cuerpo.

¿Debemos entonces reprimir el llanto?    
  
Como vimos el llanto además de tener una función biológica también tiene una función comunicativa. Generalmente provoca un estado de empatía en el sujeto que es testigo de la situación, lo que lo anima a consolarlo y a solidarizarse con su malestar.
¿Qué podemos hacer para sentirnos mejor? Debemos aprender a reconocer nuestras emociones y aceptarlas, y recordar que la respuesta a nuestras emociones también podemos educarla. 





Com.Soc. Kyria Querves


Bibliografía:
Darwin, C. (1872). La expresión de las emociones en el hombre y los animales.
Delval, Juan (1994). El desarrollo humano

Muntané, M.D (2012). La maté porque era mía, Psicobiología de la ira,de la violencia y la agresividad,y de la sexualidad.



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