Educación y emociones en la sociedad
del siglo XXI
“Todas las competencias de la Inteligencia
Emocional se desarrollan con el aprendizaje vital a partir de la infancia, pero
el aprendizaje socioemocional ofrece a todos los niños igualdad de
oportunidades”. Daniel Goleman (El cerebro y la inteligencia
emocional: nuevos descubrimientos)
Por Mág. Susana Echeverría Vanzzino
Todos los tiempos a través de la historia, marcaron una necesidad social,
que se vio reflejada en la educación, del cual nuestro país no fue ajeno. Así
fue el momento de la Laicidad, cuando la Iglesia y el estado se disputaban su
poderío ideológico sobre la sociedad de la época. Sin embargo, ahora ya lo
tenemos tan incorporada que nos cuesta percibir sus beneficios.
Posteriormente surgió el tiempo de la Obligatoriedad, cuando el Estado
entendió que todos sus miembros debían disfrutar de los beneficios de la
educación como un derecho independientemente de las posibilidades económicas de
las familias. Gracias a ella, hoy todos los niños del país tienen acceso
obligatorio al sistema educativo y cada
vez a más temprana edad.
Pero los tiempos siguen cambiando y los requerimientos de la sociedad
actual son otros. Es una realidad
que tiene problemas de relacionamiento, al no saber cómo comunicarse si no es a
través de la agresión verbal; en la impulsividad por disponer de un muy pobre
autocontrol y todo por desconocer cono gestionar sus emociones.
Mal podemos controlar o
desarrollar algo que no conocemos.
Por eso, llegó el momento de sacar del fondo del baúl a las emociones,
lugar donde las colocaron generaciones anteriores. Recordemos que nombrarlas y
expresarlas según el concepto popular de la época, era signo de debilidad no
permitido.
Las emociones forman una parte fundamental de nosotros y de la persona que
queremos ser, para darnos el lujo de no atenderlas, entenderlas, reconocerlas y
aprender a desarrollarlas en nuestro beneficio.
Planteo un interrogante, para reflexionar juntos…
- · Si el mal uso de las emociones por desconocimiento está ocasionando tantos problemas de convivencia a la sociedad, ¿no habrá llegado el momento de prestarle su debida atención?
- · Si el lugar natural para desarrollar las habilidades emocionales en la infancia que es la familia, no está logrando por múltiples razones cubrir esta necesidad básica, ¿no sería el momento que la educación saliera al paso y cubriera ese vacío?
- · Y si continuando con éste razonamiento, y teniendo en cuenta que vivimos en un estado democrático, ¿por qué no podemos llegar a entender que la Educación Emocional es para el siglo XXI un derecho en el ejercicio de nuestras libertades democráticas?
Por lo tanto comparto plenamente lo expuesto por D.Goleman, cuando
expresaba que el aprendizaje socioemocional es el mejor camino para ofrecer a
todos los niños igualdad de oportunidades ya que le brinda las herramientas
necesarias para edificar su futuro desde una salud emocional que beneficie su
vida en sociedad.
Hay muchos países que están trabajando en éste sentido, de los cuales
podemos aprender.
Mág.Mtra. Susana Echeverría Vanzzino
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