El aprendizaje y sus etapas: Viviendo el aprendizaje...
“Dime y lo olvido, enséñame y lo recuerdo, involúcrame y lo aprendo”
Por Kyria Querves
Benjamín Franklin
(Boston 1706-Filadelfia 1790)
“Dime y lo olvido, enséñame y lo recuerdo, involúcrame y lo aprendo”, esta frase es atribuida al científico, político e inventor estadounidense, Benjamín Franklin, considerado, además, como uno de los padres fundadores de los Estados Unidos.
Resulta curioso que este hombre tan admirado en su época y a lo largo de la historia, sólo haya culminado los estudios básicos hasta los 10 años de edad. Inventor, entre otros objetos del pararrayos y creador del “Principio de conservación de la electricidad”, Franklin era un verdadero autodidacta, pero principalmente un eterno curioso, y fue su interés, voluntad y trabajo constante, y no la escuela, que hicieron de este hombre un personaje tan admirado y respetado.
CURIOSIDAD, INTERÉS, TRABAJO: VIVIR EL APRENDIZAJE
Puede parecer extraño que para hablar sobre el aprendizaje y sus etapas, comparta con ustedes, parte de la biografía de este célebre personaje,- y sobre todo si nos detenemos en la época en la que se desarrolló su vida, entre los años (1706-1790). Sin embargo, si nos centramos en el título de esta nota, podemos entender el porqué, y es que Franklin, sin lugar a dudas, con esa reflexión, demostraba la importancia del aprendizaje activo y la diferencia entre este y el pasivo. Sólo involucrando a nuestros alumnos, sólo viviendo el conocimiento podemos pasar de un mero acto de retención de información a ser parte activa del aprendizaje. Existen muchos estudios científicos en los que se demuestran las diferencias entre aprender de forma pasiva y activa, los mismos evidenciaron que si ponemos en práctica los conocimientos adquiridos se implican más funciones y áreas cerebrales. Por ende nuestra memoria funcionará mejor si integramos esa información, es decir, aplicar lo que hemos aprendido, solo de esta forma estos conocimientos se integrarán a nuestra memoria.
Alguna vez, debes haber escuchado frases del tipo: “leí, pero no recuerdo nada”, “escribo todo lo que dicta la profesora, pero no lo entiendo”, “estudie para el examen, lo entregué y ya olvidé todo”, “para qué me sirve aprender trinomios sino puedo usarlos en la vida real?”
Los docentes trabajan planificando sus clases con el objetivo de que la información llegue a sus alumnos, pero no siempre es logrado y lamentablemente el esfuerzo por transmitir ese conocimiento queda en un intento fallido. Esto puede deberse al desconocimiento sobre cómo trabaja nuestro cerebro y cuáles pueden ser las estrategias a utilizar por parte del docente para que el aprendizaje sea realmente efectivo.
Para entender un poco más en profundidad, estos conceptos debemos explicar cómo se desarrolla el aprendizaje en el ser humano.
El cerebro del hombre se diferencia de los otros seres vivos no sólo por su estructura sino por su capacidad de aprender.
Está formado por lo que en neurosicoeducación llamamos: UNIDAD CUERPO CEREBRO MENTE (UCCM), a esta debemos sumarle la interacción del medio ambiente, la principal función de esta unidad es la supervivencia.
UCCM + MA
El aprendizaje es el proceso por el cual nuestra UCCM almacena información y respuestas conductuales que están involucradas en nuestra supervivencia. Todo lo que aprendemos llega a nosotros a través de los sentidos, estos estímulos recibidos del exterior son procesados por el cerebro, mediante la comunicación entre células llamadas neuronas. Este proceso electroquímico, llamado sinapsis neuronal, tiene como función recibir, integrar y enviar información a otras células de nuestro cuerpo.
Sinapsis neuronal y estructura de la neurona
A lo largo de esta transmisión y recepción de neurotransmisores, en forma reiterada a través de dos neuronas, la sinapsis tiene cambios bioquímicos, esto es conocido como, POTENCIACIÓN A LARGO PLAZO y es considerada como unos de los mecanismos principales del aprendizaje y la memoria.
Esta potenciación se compone de 4 etapas:
Las neuronas comienzan a conectarse suavemente, para luego aumentar su conexión, el intercambio de neurotransmisores aumenta más la conexión y finalmente las neuronas están sumamente conectadas. Por lo tanto mientras más profundicemos en una información más fuerte será esta conexión. De lo contrario, sucederá lo que llamamos DEPRESIÓN A LARGO PLAZO, las neuronas perderán suavemente su conexión, continuarán perdiéndolas hasta que finalmente quedarán desconectadas. Las neuronas tienen una característica esencial y es que se ponen en actividad cuando algo nuevo o diferente las estimula, por ende no responden de forma significativa si el estímulo recibido es constante. Se entiende entonces, porque el alumno pierde interés cuando las clases son repetitivas y usando una misma metodología.
También podemos comprender una de las frases que citamos en párrafos anteriores, “estudie para el examen, pero ya no recuerdo nada”, esto quiere decir que nuestras neuronas trabajaron para integrar la información pero debido a que dejó de profundizar en el tema, no será necesario continuar esas conexiones. Por eso, muchas veces los estudiantes les cuesta retener información que fue brindada hace una semana atrás, porque esa clase recibida durante 45 minutos, no tiene relación con otros conocimientos, no es estudiada en profundidad o se cambia de tema, y armar redes es parte del proceso de aprendizaje como lo es también integrar la información para que esta no quede en islas separadas.
Redes neuronales
En el proceso de aprendizaje una de las neuronas se activa y esto hace que otra también lo haga, de esta forma se transforma en una especie de red, si esta estimulación se repite en el tiempo, aumentará y reforzará esta red, que actúa sobre la capacidad de transmisión de estos sucesos, llamado APRENDIZAJE HEBBIANO, en honor al psicólogo Donald Hebb, y que será la base de la NEUROPLASTICIDAD CEREBRAL, responsable de que el ser humano pueda adaptarse ante el medio ambiente y los diferentes situaciones.

Una red neuronal que no se usa se irá debilitando, lo que llamamos Depresión a largo plazo, por el contrario una red neuronal que se usa ser irá fortaleciendo, es decir se produce una Potenciación a largo plazo. Se puede ejemplificar cuando estudiamos una carrera y luego no ejercemos, es muy seguro que vayamos perdiendo conocimientos, porque el aprendizaje es práctica, experiencia y profundización. Pero esta situación no del todo mala, ya que nuestra UCCM está en permanente aprendizaje y necesitará esas conexiones para integrar nueva información que le permita asegurar su supervivencia. A este proceso se le llama Robo hebbiano.
Pero entender estos procesos no alcanza para buscar las estrategias que nos permitan hacer nuestras clases más eficientes, debemos conocer el mecanismo de atención o también llamado sistema atencional. En una sociedad en la que nuestro cerebro se encuentra bombardeado por estímulos de todo tipo, información a sólo un click de distancia, ¿cómo atraer la atención de nuestros alumnos?
Atender a algo implica que nos concentremos en un aspecto de la realidad, y dejemos a un lado otra clase de estímulos que puede estar presentes en nuestro entorno. Existe dos tipos de atención, una ESPONTANEA y otra VOLUNTARIA, la primera requiere un mínimo esfuerzo por parte del individuo, el aprendizaje lo realiza de forma inconsciente, por el contrario, la atención voluntaria significa un gasto energético consciente y alto.
Por eso es tan importante que los estímulos que se reciban del exterior sean suficientemente interesantes para atraer la atención, el uso de la novedad, la sorpresa, la anticipación positiva, la predicción, son útiles para poder captar su atención. Recordemos que las neuronas se ponen en actividad cuando algo nuevo o diferente las estimula, por ende no responden de forma significativa si el estímulo recibido es constante.

El docente no sólo debe crear clases motivadoras que favorezcan la atención del alumno, sino también climas emocionales positivos que influyan en el estado de bienestar del niño en el aula, de esta forma estará más dispuesto a escucharnos. Además, cuando un conocimiento es nuevo el cerebro debe hacer un mayor esfuerzo, por tanto necesita espacios de descanso más extensos, si esto no ocurre podemos generar situaciones de estrés, poniendo a toda nuestra UCCM en alerta y provocando que el individuo se olvide o tenga problemas para asimilar la información o incluso situaciones más complejas. En suma estrés elevado y aprendizaje no son compatibles.
Recordemos que el principal objetivo de nuestra UCCM es la supervivencia, para ello debe estar atento a aquellos estímulos que puedan atentar contra él, en definitiva debe aprender para sobrevivir.
…ENSEÑAME Y LO RECUERDO, INVOLUCRAME Y LO APRENDO…
¿Existe un sólo tipo de aprendizaje?, el aprendizaje es la variación de las conexiones sinápticas que producen cambios en el pensamiento y en el comportamiento, estas pueden ser el resultado de la experiencia de vida, a través del estudio o en la práctica. Hay dos tipos de aprendizajes, uno implícito o emocional, que es automático y requiere de una atención selectiva o no selectiva inconsciente y otro explícito o cognitivo, que es voluntario y que implica una atención selectiva sostenida consciente.

Tomando en cuenta este gráfico y recordando que las neuronas sólo se activarán si hay un estímulo que las activa, podemos deducir que la información que es difícil recordar implica un mayor gasto de energía, una mayor atención y muchas veces será fácil de olvidar. Sin embargo el aprendizaje que está relacionado a lo emocional, se desarrolla en el sistema límbico y en los lóbulos prefrontales, recordemos que el ser humano es un ser esencialmente emocional, será difícil de olvidar y fácil de recordar.
Teoría del cerebro triuno
Para comenzar con el proceso de aprendizaje debemos de salir de nuestra zona de seguridad, tomando en cuenta que la principal función de nuestra UCCM es la supervivencia, retenemos aquella información que resulta útil para lograrla, por tanto, debemos salir de esa zona de seguridad para comenzar con el proceso. Puede ser que durante el mismo, nos encontremos con que la información es incompleta, difícil de entender, una cantidad excesiva, falta de seguridad en sí mismo o por la lucha entre las redes neuronales viejas y nuevas, pero si sorteamos todas esas dificultades habremos aprendido.
Por eso es tan importante conocer el proceso de aprendizaje, para planificar clases que tomen en cuenta este proceso, entendiendo que el hombre es un ser emocional y que su principal función es la supervivencia, atendiendo a los estímulos que llegan del exterior para que capten la atención, no sobre-exigir para no generar estrés que despierte un estado de alerta incensario. De esta forma la información más útil para nuestra UCCM podrá convertirse en conocimiento.
El aprendizaje debe ser activo, debe involucrarse al alumno, motivarlo mediante distintas estrategias que pueden ir desde usar distintos métodos, incorporando nuevos elementos en el aula, hasta cuestiones tan simples como un cambio de voz, de postura corporal, pero siempre involucrando al alumno.
Cada persona tiene un estilo único de aprendizaje, pero todos compartimos una característica esencial y es que nuestro cerebro busca la supervivencia. Por último y tomando el famoso Cono de la experiencia o como lo han dado llamar Cono del aprendizaje, en el que muestra que después de dos semanas tendemos a recordar el 90% de lo que decimos y hacemos, entenderemos que las clases tradicionales no son la mejor forma para que el proceso de aprendizaje sea realmente efectivo. Franklin tenía razón: “Dime y lo olvido, enséñame y lo recuerdo, involúcrame y lo aprendo”
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