viernes, 23 de enero de 2015

Lenguaje verbal y no verbal.

Por Kyria Querves


La comunicación es un proceso entre un emisor y un receptor que desarrolla en 5 pasos:
Elaboración de la idea
Codificación
Transmisión del mensaje
Decodificación
y Recepción por el destinatario.

Si prestan atención a esta información:
El emisor piensa un 100%
Transmite un 80%
En tanto el Receptor percibe un 60% e interpreta sólo un 50%


Cuando estemos frente a un alumno debemos intentar descifrar ese lenguaje no verbal, en el que se incluye, las expresiones del rostro (triste, enojado, alegre, sorprendido, miedo, etc), pero además debemos estudiar:
La posición del cuerpo:

La posición de los hombros/inclinación de la cabeza
La colocación de los brazos/piernas

MOVIMIENTOS CORPORALES
Los gestos con las manos
Los movimientos con los pies/manos/cabeza
Balancear o mover el tronco
Cambios de postura

LA EXPRESIÓN DEL ROSTRO
Parpadeos
Sonrisas/gestos con la boca

CARACTERÍSTICAS DE LA VOZ
Volumen
Velocidad
Tono
Ritmo
Cambios en la intensidad



lunes, 19 de enero de 2015


EL PODER DE LAS PALABRAS

Por Kyria Querves

La capacidad de hablar es una de las facultades que nos diferencia del resto de los animales, es uno de nuestros rasgos esenciales y por eso nos hace únicos. A través del uso de las palabras y el idioma podemos manifestar nuestros pensamientos y nuestras emociones, sin embargo, no somos conscientes del poder que tienen las mismas cuando interactuamos con otros. Las palabras tienen el poder de crear pero también de destruir, así lo expresa la frase “La pluma es más poderosa que la espada”.

Cuando estamos frente a un niño debemos tener claro que todo lo que hagamos o digamos quedará impreso en su psiquis a favor o en contra. Los gritos, el maltrato físico y psicológico generan secuelas imposibles de sanar, por eso debemos ser cuidadosos de qué forma interactuamos con ellos. Ser conscientes de nuestras palabras y del poder que ellas tienen.
Debemos demostrarle nuestro amor y nuestro apoyo. Debemos alentarlos a seguir, a no darse por vencidos, y recordarles siempre que estaremos allí para acompañarlos.

A propósito del poder de las palabras, compartimos con uds. un relato llamado “Gritos”, perteneciente al escritor y filósofo Robert Fulghum. Estamos seguras, que como a nosotras los invitará a la reflexión.

Gritos


En las islas Salomón, en el Pacífico Sur, unos nativos practican una forma única de talar árboles. Si un árbol es demasiado grande para ser cortado con un hacha, los nativos lo derriban gritándole. Leñadores con poderes especiales trepan al árbol al amanecer y de repente gritan con todas sus fuerzas. Hacen lo mismo durante treinta días. El árbol muere y se cae. La teoría es que los aullidos matan el espíritu del árbol. Según los naturales, siempre funciona.

¡Pobres inocentes! ¡Qué hábitos simpáticos tienen en la selva! ¡Gritarles a los árboles, qué primitivo! Qué pena que no cuenten con las ventajas de la tecnología moderna y el rigor científico.

¿Yo? Yo le grito al teléfono, a la máquina de cortar el césped, al televisor, al diario, a mis hijos. Hasta se dice que algunas veces agité el puño y le grité al cielo.
Mi vecino le grita mucho a su auto. Y este verano lo oí gritarle a una escalera de mano durante toda una tarde. Nosotros, personas modernas, civilizadas, educadas, le gritamos al tránsito, a los árbitros, a las facturas, a los bancos y a las máquinas, especialmente a las máquinas. Las máquinas y los parientes reciben la mayor parte de los gritos. Pero los árboles, nunca.

No sé para qué sirve. Las máquinas y las cosas se quedan quietas. Ni siquiera un puntapié sirve. 

Con respecto a las personas? bueno, quizá los isleños de las Salomón tengan razón. Gritar a cosas vivas tiende a matarles el espíritu. Los palos y las piedras pueden rompernos los huesos, pero las palabras pueden rompernos el corazón.

 Robert Fulghum


Fuentes:
Imagen: http://pixabay.com/en/girl-child-teddy-bear-plush-toys-101690/   
    

La autoestima:

Ser el mejor amigo de uno mismo


Por Kyria Querves



La autoestima tiene múltiples definiciones, pero básicamente es la capacidad que tiene un individuo de valorarse, de quererse y aceptarse así mismo.  Su desarrollo comienza desde la vida intrauterina, el trato que reciba de su entorno y como logre a aprender a gestionar sus emociones serán la base para edificar su autoestima y desarrollar su personalidad.
Una de las etapas más importante para el desarrollo de la autoestima es la infancia intermedia. Es en este periodo cuando el niño, realiza una comparación con su yo real y con su yo ideal, se juzga a sí mismo por la forma en que alcanza los patrones sociales y las expectativas que tiene de sí mismo y  cuál es su desempeño.
El decano del movimiento de la autoestima, el psicoterapeuta canadiense dr. Nathaniel Branden, asegura que la esencia de la autoestima es confiar en la propia mente y saber que somos merecedores de la felicidad". Confiar en uno mismo, en lo que somos capaces de hacer y lograr, si logramos esta confianza seguramente nuestra actitud será positiva y tomaremos cada suceso como un desafío y trabajaremos para lograr nuestro objetivo. Sin embargo, si la confianza en nosotros mismos se encuentra descendida, nos rendiremos ante la menor adversidad.
Podríamos decir entonces, que  la autoestima, es la clave de éxito o  fracaso. 
El dr. Branden, en su libro "Los seis pilares de la Autoestima", explica la prácticas esenciales para propiciar nuestra autoestima y desarrollarnos plenamente.

1. La práctica de vivir conscientemente,  significa estar concientes de todas nuestras acciones, nuestro propósitos. Saber que hay cosas que no nos hacen bien, "pero" continuamos haciéndolas. "Sé que no soy feliz, "pero"...Sé que no es lo que me gusta, pero...

2. La práctica de aceptarse a sí mismo, implica no negarse así mismo, a nuestros pensamientos. Reflexionar acerca de nuestros actos y de nuestros sentimientos. Aceptar nuestros errores,pero también nuestros aciertos. Valorar nuestras virtudes y hacernos responsables de lo que somos, como un todo integral, necesario para ser lo que somos. Ser amigo de nosotros mismos.
3. La práctica de asumir la responsabilidad de uno mismo, implica reconocer que somos creadores de nuestro destino. Somos responsables de  nuestras decisiones y nuestras acciones. De trabajar para realizar nuestros deseos, de las personas que elegimos para nuestra compañía, del trato que le brindamos a los otros, familia, compañeros de trabajo, amigos. Somos responsables de nuestro cuerpo y de cómo lo tratemos. SOMOS RESPONSABLES DE NUESTRA FELICIDAD.

4. La práctica de la autoafirmación, debemos respetar nuestras necesidades, nuestros deseos e intentar buscar el camino para expresarlo adecuadamente, de una forma asertiva. Respetando a los otros, pero viviendo de forma auténtica defendiendo nuestras convicciones, sentimientos y valores.
5. La práctica de vivir con propósito, significa vivir productivamente, con metas claras y trabajando para lograrlas Buscar las acciones que permitan lograrlo y reconociendo cuales son los pasos a seguir para llegar al objetivo. Afrontar la vida y tener control sobre ella.
6. La práctica de la integridad personal, implica que seamos congruentes con nuestros valores, y que los ideales concuerden en la realidad y en la práctica. Respetar nuestros compromisos y mantener nuestras promesas.

Si logramos llevar a cabo esos seis pasos, obtendremos como resultado la aprobación de nosotros mismos, lograremos confiar en nuestras aptitudes, reconoceremos nuestros puntos débiles y podremos trabajar para mejorarlos. Sin dudas,  la autoestima está relacionada con muchas de nuestras conductas. Una persona con una buena autoestima tendrá menos emociones negativas, menos agresividad, manejarán mejor el estrés y superará de forma más positiva la frustración. Por eso, es vital trabajar la autoaceptación del individuo, desde los primeros años, enseñándole a reconocer sus emociones, a autogestionarlas para poder expresarlas de una forma positiva, aceptando sus fortalezas y sus debilidades, siendo el mejor amigo de uno mismo.

¿Quiénes somos?

El Programa de Educación Emocional en el aula, nació luego de años de trabajo e investigación de la mano de la Maestra. Susana Echeverría Vanzzino, Máster en Inteligencia emocional en Educación. Susana, es creadora del proyecto Educación emocional en el aula, en el Colegio Ciudad Vieja,en Montevideo, trabaja capacitando maestros en este tema, además de otras áreas. Ha realizado múltiples cursos y trabaja diariamente en la educación emocional en niños y adolescentes. 

Con la misma temática en el año 2014 se realizó la primer edición del curso de Educando emociones en el aula: Inteligencia Emocional y resolución de conflictos, a través de la plataforma virtual del Ministerio de Educación y Cultura del Uruguay, bajo la tutoría de Kyria Querves, 
Experta en Inteligencia Emocional en estrategias de secundaria. Técnica en Pedagogía y Psicopedagogía Clínica. Estudiante de Lic. de Psicología.

 Apostar al cambio…




Todos los docentes y no docentes que trabajamos en educación compartimos la necesidad de encarar cambios profundos en nuestro sistema educativo que se adapten realmente a las necesidades de la sociedad actual.
Lo que debemos analizar en primer lugar, es si  los docentes estamos dispuestos a revisar nuestras propuestas de trabajo y  afrontar un cambio desde las cuatro paredes del aula.
Los cambios verdaderos, profundos y renovadores empiezan  desde allí, desde cada docente convencido de la importancia formadora de nuestro rol en el aula. Los cambios desde lo macro son importantes porque marcan el rumbo y estrategias de trabajo, pero los realmente efectivos son aquellos a corto plazo, y  son los que llevan adelante los docentes convencidos de los objetivos a cumplir.

Nosotros desde nuestro programa E.EM.A (EDUCACIÓN EMOCIONAL EN EL AULA) apostamos a esa vocación docente que mueve montañas y sobrelleva todas las dificultades en beneficio de sus alumnos.
Las emociones, eternas olvidadas nos muestran el camino a seguir. Tanto las hemos tenido relegadas en el aula, que sólo las trabajamos cuando las circunstancias nos lo imponen.
Promovemos con dicho Programa una actividad a nivel Institucional que sea secuenciada según los niveles, programada a lo largo del año y con una frecuencia semanal para darle continuidad al proceso de aprendizaje, abarcando temas básicos como es el autoconocimiento, el autocontrol y la autoestima, entre otros.
Con esta actividad además de enriquecernos como personas junto a nuestros niños, estamos ayudándolos a edificar su salud emocional, cumpliendo una función preventiva que le aportará herramienta para desempeñarse en el fututo como persona, como padre, como pareja, como trabajador.


Las emociones son educables ¿Cómo debemos hacerlo?

Educar las emociones puede ser el camino que necesitamos recorrer para modificar los rumbos inadecuados por los que está transitando nuestra sociedad. Esta sociedad que ha perdido valores y conductas que antes  nos enorgullecían.
Anteriormente, las familias generación tras generación transmitían toda ésta educación emocional con amor, dedicación y mucho tiempo disponible dedicado a los niños. Y si bien con gran esfuerzo, la familia continúa haciendo este invalorable trabajo, la sociedad moderna nos colma de muchos adelantos tecnológicos y nos impone muchas necesidades, y  en ocasiones  no nos deja tiempo disponible para lo esencial.
Nunca tan aplicable como en estos tiempos:   “Que lo urgente no desplace lo importante”.

Contamos con ustedes para acompañarnos en éste proceso…



Mág. Mtra. SUSANA ECHEVERRIA VANZZINO