jueves, 26 de febrero de 2015

COMIENZAN NUESTROS TALLERES EN MARZO!!!



CON EL FIN DE FACILITAR EL ACCESO, LOS TALLERES SE DICTARÁN EN EL CENTRO EDUCATIVO  QUE UD. ELIJA, SOLO DEBERÁ COORDINAR CON LAS AUTORIDADES DÍA Y HORA DEL MISMO.

PUEDE SEGUIRNOS EN NUESTRA PÁGINA EN FACEBOOK: PROGRAMA DE EDUCACIÓN EMOCIONAL EN EL AULA.  POR MÁS NOVEDADES!

martes, 10 de febrero de 2015

¿Debemos reprimir el llanto?

¿Debemos reprimir el llanto?

Por Kyria Querves




El conocido científico  Charles Darwin explicaba  que  “El llanto representa y alivia el pesar humano, y libera tensión” (de su libro “La expresión de las emociones en los animales y el hombre”). Pese a las bondades del mismo, esta función específicamente humana ha sido rezagada y hasta anulada en algunas civilizaciones por ser considerada un síntoma de debilidad o de inmadurez.

Cuántas veces hemos escuchado o dicho: “los hombres no lloran”, “deja de llorar que no es nada”, “calma, no llores tanto que te hace mal” y tantas otras frases. Esto demuestra  que no tomamos en cuenta que además de ayudarnos a liberar nuestras emociones también ejerce una función biológica en nuestro cuerpo.

El llanto es una respuesta biológica, pensemos en el llanto de un recién nacido,  que indica que ha comenzado a respirar, el de un bebé, producto de hambre, frio, dolor, miedo, enojo o de un niño cuando siente enojo o tristeza o los adultos por las mismas razones.
El llanto es activado por la amígdala cerebral o complejo amigdalino y por una estructura cercana a ella llamada Gyrus Cyngulatus, esta estructura en forma de almendra se encuentra alojada en lo profundo del lóbulo temporal, en el sistema límbico y es responsable de muchas de nuestras respuestas emocionales, pero también de nuestra supervivencia. 


Es la amígdala cerebral que examina los estímulos que provienen del exterior y  estudia si estos son peligrosos para nuestra supervivencia o no, de serlo activa la respuesta de alerta al hipotálamo y al resto del cuerpo, preparándolo para la huída, la lucha o la sumisión.



Durante el llanto el cerebro activa la secreción masiva de dos neurotransmisores, la adrenalina (que nos ayuda para afrontar situación de estrés) y la noradreanlina, esta provoca un efecto del tipo sedante en nuestros músculos, y regula la presión sanguínea, restaurando los niveles hormonales. Por tanto contener el llanto sólo aumentará el malestar y provocará mayores niveles de estrés. Esto demuestra porque algunas personas se duermen luego de llorar por un buen rato, por el estado relajación que provoca en nuestro cuerpo.

¿Debemos entonces reprimir el llanto?    
  
Como vimos el llanto además de tener una función biológica también tiene una función comunicativa. Generalmente provoca un estado de empatía en el sujeto que es testigo de la situación, lo que lo anima a consolarlo y a solidarizarse con su malestar.
¿Qué podemos hacer para sentirnos mejor? Debemos aprender a reconocer nuestras emociones y aceptarlas, y recordar que la respuesta a nuestras emociones también podemos educarla. 





Com.Soc. Kyria Querves


Bibliografía:
Darwin, C. (1872). La expresión de las emociones en el hombre y los animales.
Delval, Juan (1994). El desarrollo humano

Muntané, M.D (2012). La maté porque era mía, Psicobiología de la ira,de la violencia y la agresividad,y de la sexualidad.



Educación y emociones en la sociedad del siglo XXI

Educación y emociones  en la sociedad del siglo XXI


 “Todas las competencias de la Inteligencia Emocional se desarrollan con el aprendizaje vital a partir de la infancia, pero el aprendizaje socioemocional ofrece a todos los niños igualdad de oportunidades”. Daniel Goleman (El cerebro y la inteligencia emocional: nuevos descubrimientos)


Por Mág. Susana Echeverría Vanzzino


Todos los tiempos a través de la historia, marcaron una necesidad social, que se vio reflejada en la educación, del cual nuestro país no fue ajeno. Así fue el momento de la Laicidad, cuando la Iglesia y el estado se disputaban su poderío ideológico sobre la sociedad de la época. Sin embargo, ahora ya lo tenemos tan incorporada que nos cuesta percibir sus beneficios.
Posteriormente surgió el tiempo de la Obligatoriedad, cuando el Estado entendió que todos sus miembros debían disfrutar de los beneficios de la educación como un derecho independientemente de las posibilidades económicas de las familias. Gracias a ella, hoy todos los niños del país tienen acceso obligatorio al sistema educativo y  cada vez a más temprana edad.

Pero los tiempos siguen cambiando y los requerimientos de la sociedad actual son otros.  Es una realidad que tiene problemas de relacionamiento, al no saber cómo comunicarse si no es a través de la agresión verbal; en la impulsividad por disponer de un muy pobre autocontrol y todo por desconocer cono gestionar sus emociones.

Mal podemos controlar o desarrollar algo que no conocemos.

Por eso, llegó el momento de sacar del fondo del baúl a las emociones, lugar donde las colocaron generaciones anteriores. Recordemos que nombrarlas y expresarlas según el concepto popular de la época, era signo de debilidad no permitido.
Las emociones forman una parte fundamental de nosotros y de la persona que queremos ser, para darnos el lujo de no atenderlas, entenderlas, reconocerlas y aprender a desarrollarlas en nuestro beneficio.

Planteo un interrogante, para reflexionar juntos…

  • · Si el mal uso de las emociones por desconocimiento está ocasionando tantos problemas de convivencia a la sociedad, ¿no habrá llegado el momento de prestarle su debida atención?
  • ·   Si el lugar natural para desarrollar las habilidades emocionales en la infancia que es la familia, no está logrando por múltiples razones cubrir esta necesidad básica, ¿no sería el momento que la educación saliera al paso y cubriera ese vacío?
  • ·  Y si continuando con éste razonamiento, y teniendo en cuenta que vivimos en un estado democrático, ¿por qué no podemos llegar a entender que la Educación Emocional es para el siglo XXI un derecho en el ejercicio de nuestras libertades democráticas?

Por lo tanto comparto plenamente lo expuesto por D.Goleman, cuando expresaba que el aprendizaje socioemocional es el mejor camino para ofrecer a todos los niños igualdad de oportunidades ya que le brinda las herramientas necesarias para edificar su futuro desde una salud emocional que beneficie su vida en sociedad.
Hay muchos países que están trabajando en éste sentido, de los cuales podemos aprender.


Mág.Mtra. Susana Echeverría Vanzzino


lunes, 9 de febrero de 2015

¿CÓMO CAPTAR LA ATENCIÓN DE NUESTROS ALUMNOS?

¿Cómo captar la atención de tus alumnos?

Por Kyria Querves






Para la neurosicoeducación, el humano está compuesto por lo que denominamos Unidad cuerpo Cerebro Mente (UCCM). Su principal función es la supervivencia, por tanto sólo integrará la información que considere necesaria para lograrla. En el mundo artificial en el que vivimos, donde recibimos millones de bits de información por segundo y donde los estímulos son múltiples, ¿cómo lograr captar la atención de nuestros alumnos?  Quizás no sería una mala opción usar el recurso del humor gráfico que integra este artículo, pero antes de llegar a ese extremo debemos agotar otros recursos.

Es importante conocer que el cerebro dispone de ciertos “filtros” por el que pasan los estímulos del exterior, pero sólo una parte será captada efectivamente por nuestro cerebro. El primero se encuentra en el tronco cerebral, y se denomina SISTEMA ACTIVADOR RETICULAR ASCENDENTE (SARA). Si pasa este filtro, llegará al tálamo donde se integrará, este determinará si el estímulo es a favor o en contra de nuestra supervivencia. Llegaremos entonces a un tercer filtro, la amígdala cerebral, en donde pasa sólo un bajo porcentaje que le servirá para evaluar si es peligroso o no. Si atenta contra la supervivencia, se activará el hipotálamo y disparará la alerta al resto del cuerpo para la huida, defensa o la sumisión. Por el contrario, si el estímulo No es peligroso, puede intervenir el Núcleo Accumbens, y llegar finalmente a la corteza cerebral y los lóbulos prefrontales, modelando nuestra respuesta, si es necesario.





Por tanto, lo primero que debemos lograr es que el clima emocional del aula sea positivo, un trato cordial con el alumno, respetuoso, que no se sienta agredido para no activar su amígdala cerebral y anular sus funciones en los lóbulos prefrontales, alertando su cuerpo para una posible huida (por ej. Desconectarse de clases, distraerse, etc). Incorporar nuevas metodologías en el aula, integrando y respetando los estilos de aprendizaje de cada uno, jugar con nuestro lenguaje verbal y no verbal, tono de voz, postura, acercarnos a nuestros alumnos, cambiar la disposición de los bancos, incorporar tecnología, la sorpresa, la novedad.
Usar todos los sentidos para enseñar, hacerlo productor de conocimiento y no mero consumidor de información, hacerle vivir el conocimiento, mostrándole que la información brindada no es ajena a su realidad. Siendo empático, conociendo su realidad cotidiana. Tomando en cuenta las clases anteriores y si el alumno debió realizar un esfuerzo de atención sostenida, puesto que el gasto de energía puede haber sido mayor, por lo que sus funciones cognitivas no serán del todo optimas. Mantener un entorno limpio, ordenado, con elementos conocidos donde el alumno se sienta seguro y confiado, apoyado por el docente.





En ocasiones me he preguntado por qué la etapa de preescolar es en la que niño se muestra más feliz y disfruta del aprendizaje y posteriormente el niño en su ingreso a primaria va perdiendo interés y es común escuchar el lamento de ir la escuela. Probablemente sea porque al ingresar a esta nueva etapa se vaya perdiendo la espontaneidad en el proceso de aprendizaje, el docente muestre un poco más de distancia, evite que se mueva obligándolo a estar en su asiento atento y estático frente a un pizarrón escuchando clases magistrales.
 El niño aprende jugando, el juego para él no es sinónimo de diversión sino de aprendizaje. 


Kyria Querves

sábado, 7 de febrero de 2015

Miedos y fobias infantiles

Miedos y fobias infantiles

Por Kyria Querves


Muchas veces intentamos evitar el miedo, incluso insistimos a nuestros niños que no debe sentirlo, sin embargo estamos cayendo en un error. El hombre desde la antigüedad, ha sobrevivido en gran parte gracias a el miedo. Se ha comprobado a través de los años y estudios en materia de neurociencias que cuando el ser humano percibe un estimulo del exterior que puede resultarle peligroso, su cerebro alerta a su cuerpo para  la  defensa, la huida o la sumisión.  El miedo garantiza la supervivencia, no es malo sentirlo, es natural,  pero  puede resultar un problema cuando no podemos controlarlo y cuando no nos permite continuar con nuestra rutina. 

 La fisiología de nuestro cerebro es la misma que poseían nuestros ancestros hace 150.000 años, lo que ha cambiado es el mundo, el entorno en el que vivimos y los estímulos a los que nos enfrentamos.  Hace 150.000 años, los únicos peligros que debía enfrentar un individuo era no ser devorado por un animal, la escasez de comida, desastres naturales o luchar contra un posible enemigo. Actualmente los posibles peligros son otros, no disponer una casa para vivir, enfrentarse a un jefe, perder el empleo, pagar deudas. Todas estas situaciones del mundo artificial en el que vivimos son totalmente diferentes a las que vivían nuestros ancestros en aquel mundo natural, sin embargo nuestro cerebro sigue actuando ante estos  "problemas" cotidianos como si se tratara de un león persiguiéndonos.  

Pensemos en un niño ahora, donde el desarrollo de su cerebro no está totalmente completo y en el que las funciones de sus lóbulos prefrontales lejos están de su total desarrollo. Recordemos que en lóbulo frontal y específicamente en el área de los lóbulos prefrontales es donde se alojan las funciones cognitivas y ejecutivas, donde el hombre es autoconciente y puede diferenciar que es un peligro y que no, donde puede planificar, discernir, prever, etc. Por tanto, como pedirle a un pequeño de 3 años que no tema a la oscuridad?



Miedos evolutivos normales:
Edades            Miedos
0 a 1año          Llanto ante estímulos desconocidos, ruidos, personas que no conocen, a la separación de  la madre, abandono, quedarse solo/a.
2 a 4 años        Temor a los animales, personas disfrazadas, oscuridad.
4 a 6 años        Temor a la oscuridad se acrecienta, a las catástrofes, y a los seres imaginarios (monstruos y fantasmas)
6 a 9 años        Temor al daño físico o al ridículo por la ausencia de habilidades escolares y deportivas
9 a 12 años      Miedo a los incendios, accidentes, a contraer enfermedades graves. Aparecen temor a conflictos graves entre los padres o al mal rendimiento escolar.
12 a 18 años    Temores relacionados con la autoestima personal (capacidad intelectual, aspecto físico, temor al fracaso) y con las relaciones sociales.

Son normales, aparecen sin razones aparentes, están sujetos a un ciclo evolutivo ddesaparecen en el transcurso del tiempo, a excepción del miedo a los extraños que puede subsistir en la vida adulta como timidez.

   Cuando los miedos infantiles dejan de ser transitorios hablamos de fobias. Las fobias son una forma especial de miedo con las siguientes características:

    *El miedo es desproporcionado con respecto a la situación que lo desencadena.
    *El niño no deja de sentir miedo a pesar de las explicaciones.
    *El miedo no es específico de una edad determinada.
    *El miedo es de larga duración.
    *El niño no puede controlar a voluntad el miedo.


Consejos que ayudarán a ti y a tu hijo a que superen juntos al miedo

- No asustes a tu hijo con historias de ogros, de fantasmas, de brujas, etc., principalmente antes de acostarle. Tienes que decirle que estos personajes solamente existen en los cuentos y películas..

- No te rías de los temores que tu hijo expresa. Si ridiculizas o burlas de su miedo disminuirá su confianza. Frases como No seas tonto, niños como tu no deben tener miedo de eso, o No tienes vergüenza de tener estos miedos..., no contribuirán para disminuir el temor que él siente. Al revés, le desanimará a compartir sus temores contigo.

- No transmitas mas miedo a tu hijo del que ya tiene. Él necesita tener tu seguridad, t tranquilidad y confianza. No ignores sus miedos. No le mientas, por ejemplo, diciéndole que una inyección no le dolerá o algo parecido. Si mientes sobre una situación de miedo le producirá más temor. Ayúdale a prepararse para enfrentar la situación con la verdad y con honestidad. Si tu hijo tiene miedo de irse al colegio, oye sus razones, llévalo de visita a la escuela, enséñale su clase y habla sobre lo mucho que irá aprender allí.

- No obligues a tu hijo a pasar situaciones que él teme. Los miedos no se superan eenfrentándose a la situación de una vez por todas. En lugar de ayudar, algunas veces esto iiintensifica el miedo. Tu hijo tiene el derecho de acostumbrarse poco a poco a situación que él tteme.. No le obligues ver una película de la cual él tiene miedo, o que acaricie a un perro que no le gusta.

- No transmita sus temores personales hacia tu hijo. Si tienes miedo a las arañas, tu hijo ppuede sentirlo. La forma en que enfrentas tus propios miedos le da a tu niño el patrón a sseguir para enfrentar situaciones similares.

- No le llames de cobarde o infantil a tu hijo si se muestra temeroso ante cualquier situación. No le ridiculices. Eso no le ayudará en absoluto. Le hará sentirse inseguro, necesitado de cariño, solitario y sin comprensión.

- No le obligues a afrontar su miedo en solitario. Este es un tremendo error. Nunca obligues a tu hijo a entrar a oscuras en su habitación si no quiere hacerlo. Provocarás un aumento de su ansiedad y contribuirás a alargar ese miedo e incluso a perpetuarlo. Además, el sentimiento de no ser capaz de afrontar la situación no le dejará sentirse orgulloso de sí mismo.

- No le des demasiada importancia. Si cada vez que veas un perro te interpones entre tu hijo y el animal e insistes en que tu le defenderás, el niño acabará pensando que todos los perros son realmente peligrosos y no podrá superar su miedo.

- No ignores los miedos de tu hijo. Si así lo haces, el niño se sentirá perdido y solo. No eencontrará la forma de enfrentarse al problema y percibirá por tu parte desinterés y falta de cariño y de atención.



jueves, 5 de febrero de 2015

El aprendizaje y sus etapas: Viviendo el aprendizaje...

“Dime y lo olvido, enséñame y lo recuerdo, involúcrame y lo aprendo”


Por Kyria Querves

 


Benjamín Franklin

(Boston 1706-Filadelfia 1790)



“Dime y lo olvido,  enséñame y lo recuerdo, involúcrame y lo aprendo”, esta frase es atribuida al científico, político e inventor estadounidense,  Benjamín Franklin, considerado, además, como uno de los padres fundadores de los Estados Unidos.

Resulta  curioso que este hombre tan admirado en su época y a lo largo de la historia, sólo haya culminado los estudios básicos hasta los 10 años de edad. Inventor,  entre otros objetos del pararrayos y creador del “Principio de conservación de la electricidad”, Franklin era un verdadero autodidacta, pero principalmente un eterno curioso, y fue su interés, voluntad y trabajo constante, y no la escuela, que hicieron de este hombre un personaje tan admirado y respetado.

CURIOSIDAD, INTERÉS, TRABAJO: VIVIR EL APRENDIZAJE

Puede parecer extraño que para hablar sobre el aprendizaje y sus etapas, comparta con ustedes,  parte de la biografía de este célebre personaje,- y sobre todo si nos detenemos en la época en la que se desarrolló su vida,  entre los años (1706-1790). Sin embargo, si nos centramos en el  título de esta nota, podemos entender el porqué, y es que Franklin, sin lugar a dudas, con  esa reflexión, demostraba la importancia del aprendizaje activo y la diferencia entre este y el pasivo. Sólo involucrando a nuestros alumnos, sólo viviendo el conocimiento podemos pasar de un mero acto de retención de información a ser parte activa del aprendizaje. Existen muchos estudios científicos en los que se demuestran las diferencias entre aprender de forma pasiva y activa, los mismos evidenciaron que si ponemos en práctica los conocimientos adquiridos se implican más funciones y áreas cerebrales. Por ende nuestra memoria funcionará mejor si integramos esa información, es decir, aplicar lo que hemos aprendido, solo de esta forma estos conocimientos se integrarán a nuestra memoria.

Alguna vez, debes haber escuchado frases del tipo: “leí, pero no recuerdo nada”, “escribo todo lo que dicta la profesora, pero no lo entiendo”, “estudie para el examen, lo entregué y ya olvidé todo”, “para qué me sirve aprender trinomios sino puedo usarlos en la vida real?”

Los docentes trabajan planificando sus clases con el objetivo de que la información llegue a sus alumnos, pero no siempre es logrado y lamentablemente el esfuerzo por transmitir ese conocimiento queda en un intento fallido. Esto puede deberse al desconocimiento sobre cómo trabaja nuestro cerebro y cuáles pueden ser las estrategias a utilizar por parte del docente para que el aprendizaje sea realmente efectivo.

Para entender un poco más en profundidad, estos conceptos debemos explicar cómo se desarrolla el aprendizaje en el ser humano.

El cerebro del hombre se diferencia de los otros seres vivos no sólo por su estructura sino por su capacidad de aprender.

 


Está formado por lo que en neurosicoeducación llamamos: UNIDAD CUERPO CEREBRO MENTE (UCCM), a esta debemos sumarle la interacción del medio ambiente, la principal función de esta unidad es la supervivencia. 

UCCM + MA





 El aprendizaje es el proceso por el cual nuestra UCCM almacena información y respuestas conductuales que están involucradas en nuestra supervivencia.  Todo lo que aprendemos llega a nosotros  a través de los sentidos,  estos estímulos recibidos del exterior son procesados  por el cerebro, mediante la comunicación entre células llamadas neuronas. Este proceso electroquímico, llamado sinapsis neuronal,  tiene como función recibir, integrar y enviar información a otras células de nuestro cuerpo. 


Sinapsis neuronal y estructura de la neurona


A lo largo de esta transmisión y recepción de neurotransmisores, en forma reiterada a través de dos neuronas, la sinapsis tiene cambios bioquímicos, esto es conocido como, POTENCIACIÓN A LARGO PLAZO y es considerada como unos de los mecanismos principales del aprendizaje y la memoria.

Esta potenciación se compone de 4 etapas:

Las neuronas comienzan a conectarse suavemente, para luego aumentar su conexión, el intercambio de neurotransmisores aumenta más la conexión y finalmente las neuronas están sumamente conectadas.   Por lo tanto mientras más profundicemos en una información más fuerte será esta conexión. De lo contrario, sucederá lo que llamamos DEPRESIÓN A LARGO PLAZO, las neuronas perderán suavemente su conexión, continuarán perdiéndolas hasta que finalmente quedarán desconectadas. Las neuronas  tienen una característica esencial y es que se ponen en actividad cuando algo nuevo o diferente las estimula, por ende no responden de forma significativa si el estímulo recibido es constante.  Se entiende entonces, porque el alumno pierde interés cuando las clases son repetitivas y usando una misma metodología.


 


También podemos comprender una de las frases que citamos en párrafos anteriores, “estudie para el examen, pero ya no recuerdo nada”, esto quiere decir que nuestras neuronas trabajaron para integrar la información pero debido a que dejó de profundizar en el tema, no será necesario continuar esas conexiones. Por eso, muchas veces los estudiantes les cuesta retener información que fue brindada hace una semana atrás, porque esa clase recibida durante 45 minutos, no tiene relación con otros conocimientos, no es estudiada en profundidad o se cambia de tema, y armar redes es parte del proceso de aprendizaje como lo es también integrar la información para que esta no quede en islas separadas.

 


Redes neuronales


En el proceso de aprendizaje una de las neuronas se activa y esto hace que otra también lo haga, de esta forma se transforma en una especie de red, si esta estimulación se repite en el tiempo, aumentará y reforzará esta red, que actúa sobre la capacidad de transmisión de estos sucesos, llamado APRENDIZAJE HEBBIANO, en honor al psicólogo Donald Hebb, y que será la base de la NEUROPLASTICIDAD CEREBRAL, responsable de que el ser humano pueda adaptarse ante el medio ambiente y los diferentes situaciones.



 Una red neuronal que no se usa se irá debilitando, lo que llamamos Depresión a largo plazo, por el contrario una red neuronal que se usa ser irá fortaleciendo, es decir se produce una Potenciación a largo plazo. Se puede ejemplificar cuando estudiamos una carrera y luego no ejercemos, es muy seguro que vayamos perdiendo conocimientos, porque el aprendizaje es práctica, experiencia y profundización.  Pero esta situación no del todo mala, ya que nuestra UCCM está en permanente aprendizaje y necesitará esas conexiones para integrar nueva información que le permita asegurar su supervivencia.  A este proceso se le llama Robo hebbiano.

 

Pero entender estos procesos no alcanza para buscar las estrategias que nos permitan hacer nuestras clases más eficientes, debemos conocer el mecanismo de atención o también llamado sistema atencional. En una sociedad en la que nuestro cerebro se encuentra bombardeado por estímulos de todo tipo, información a sólo un click de distancia, ¿cómo  atraer la atención de nuestros alumnos? 


 


Atender a algo implica que nos concentremos en un aspecto de la realidad, y dejemos a un lado otra clase de estímulos que puede estar presentes en nuestro entorno. Existe dos tipos de atención, una ESPONTANEA y otra VOLUNTARIA, la primera requiere un mínimo esfuerzo por parte del individuo, el aprendizaje lo realiza de forma inconsciente,  por el contrario, la atención voluntaria significa un gasto energético consciente y alto.

Por eso es tan importante que los estímulos que se reciban del exterior sean suficientemente interesantes para atraer la atención, el uso de la novedad, la sorpresa, la anticipación positiva, la predicción, son útiles para poder captar su atención. Recordemos que las neuronas se ponen en actividad cuando algo nuevo o diferente las estimula, por ende no responden de forma significativa si el estímulo recibido es constante.  




 

El docente no sólo debe crear clases motivadoras que favorezcan la atención del alumno, sino también climas emocionales positivos que influyan en el estado de bienestar del niño en el aula, de esta forma estará más dispuesto a escucharnos.  Además, cuando un conocimiento es nuevo el cerebro debe hacer un mayor esfuerzo, por tanto necesita espacios de descanso más extensos, si esto no ocurre podemos generar situaciones de estrés, poniendo a toda nuestra UCCM en alerta y provocando que el individuo se olvide o tenga problemas para asimilar la información o incluso situaciones más complejas. En suma estrés elevado y aprendizaje no son compatibles.

Recordemos que el principal objetivo de nuestra UCCM es la supervivencia, para ello debe estar atento a aquellos estímulos que puedan atentar contra él, en definitiva debe aprender para sobrevivir.


…ENSEÑAME Y LO RECUERDO, INVOLUCRAME Y LO APRENDO…

¿Existe un sólo tipo de aprendizaje?, el aprendizaje es la variación de las conexiones sinápticas que producen cambios en el pensamiento y en el comportamiento, estas pueden ser el resultado de la experiencia de vida, a través del estudio o en la práctica. Hay dos tipos de aprendizajes, uno implícito o emocional, que es automático y requiere de una atención selectiva o no selectiva inconsciente y otro explícito o cognitivo, que es voluntario y que implica una atención selectiva sostenida consciente.



Tomando en cuenta este gráfico y recordando que las neuronas sólo se activarán si hay un estímulo que las activa, podemos deducir que la información que es difícil recordar implica un mayor gasto de energía, una mayor atención y muchas veces será fácil de olvidar.  Sin embargo el aprendizaje que está relacionado a lo emocional, se desarrolla en el sistema límbico y en los lóbulos prefrontales,  recordemos que el ser humano es un ser esencialmente emocional, será difícil de olvidar y fácil de recordar.

 

Teoría del cerebro triuno


Para comenzar con el proceso de aprendizaje debemos de salir de nuestra zona de seguridad,   tomando en cuenta  que la principal función de nuestra UCCM es la supervivencia, retenemos aquella información que resulta útil para lograrla, por tanto, debemos salir de esa zona de seguridad para comenzar con el proceso. Puede ser que durante el mismo, nos encontremos con que la información es incompleta, difícil de entender, una cantidad excesiva, falta de seguridad en sí mismo o por la lucha entre las redes neuronales viejas y nuevas, pero si sorteamos todas esas dificultades habremos aprendido.

Por eso es tan importante conocer el proceso de aprendizaje, para planificar clases que tomen en cuenta este proceso, entendiendo que el hombre es un ser emocional y que su principal función es la supervivencia, atendiendo a los estímulos que llegan del exterior para que capten la atención, no sobre-exigir para no generar estrés que despierte un estado de alerta incensario. De esta forma la información más útil para nuestra UCCM podrá convertirse en conocimiento. 

El aprendizaje debe ser activo, debe involucrarse al alumno, motivarlo mediante distintas estrategias que pueden ir desde usar distintos métodos, incorporando nuevos elementos en el aula, hasta cuestiones tan simples como un cambio de voz, de postura corporal, pero siempre involucrando al alumno. 

Cada persona tiene un estilo único de aprendizaje, pero todos compartimos una característica esencial y es que nuestro cerebro busca la supervivencia. Por último y tomando el famoso Cono de la experiencia o como lo han dado llamar  Cono del aprendizaje, en el que muestra que después de dos semanas tendemos a recordar el 90% de lo que decimos y hacemos, entenderemos que las clases tradicionales no son la mejor forma para que el proceso de aprendizaje sea realmente efectivo. Franklin tenía razón: “Dime y lo olvido,  enséñame y lo recuerdo, involúcrame y lo aprendo”


 


EL PROCESO DEL APRENDIZAJE

 ¿Qué significa aprender?


Por Mag. Mtra. Susana Echeverría





¿Qué es?

Podemos definirlo como la adaptación al cambio. Cada vez que el cerebro recibe a través de los sentidos una percepción diferente a las conocidas, o una experiencia nueva, reacciona generando nuevas redes hebbianas. Estás son grupos de neuronas que se unen a través de sus axones y sus dendritas formando verdaderos conjuntos, que tienen en común esa situación. Según la importancia de la experiencia que se está viviendo estas redes permanecerán unidas en el tiempo o están destinadas a desintegrarse para pasar a formar nuevos redes cuando sean requeridas. 
La diferencia la establecerá el proceso emocional que acompaña dicha experiencia. Si es importante, será guardada por la memoria emocional y permanecerá en  el tiempo. Cada vez que la situación se repita, el recuerdo, volverá, la red hebbiana se activará e incluso crecerá agregando nuevas neuronas que respondan al nuevo conocimiento incorporado. A este proceso se lo denomina aprendizaje y es la base de todas nuestras conductas y conocimientos.

¿Por qué?

Porque el móvil siempre es la supervivencia.
Si nos situamos en el presente, hoy año 2015, nos resulta muy difícil entender que la supervivencia hubiese sido el móvil de todo ese proceso. Pero nuestra estructura UCCM fue creada con esa finalidad, aunque hoy en día se vivan algunas situaciones del mundo moderno con la misma intensidad y urgencia como si estuviese en juego la supervivencia.
Lo que diferencia a los seres humanos del resto, es su capacidad de aprender a partir de experiencias anteriores o de estímulos que recibe a través de los sentidos. El aprendizaje es el proceso que generó el cambio en la historia de la especie. El no tener siempre que reaccionar de cero ante un peligro y poder apoyarse en experiencias anteriores para reaccionar más rápido ante el peligro. 

Este proceso aparece como desarrollo del cerebro con la aparición del sistema límbico, que incorpora el recuerdo de experiencias anteriores a través de la memoria. En una etapa posterior con el desarrollo de los lóbulos pre-frontales se incorporará la posibilidad de anticiparnos a lo que sucederá y generar estrategias para protegernos. Para entender la evolución:                                          
  • ·         CEREBRO REPTIL (sistema instintivo)  actúa siempre en el PRESENTE
  • ·       CEREBRO LÍMBICO  (sistema emocional)incorpora el uso del PASADO por medio     del recuerdo
  • ·        NEOCORTEX (sistema cognitivo) incorpora la proyección al FUTURO utilizando el razonamiento

Por lo tanto para cumplir con su principal función de supervivencia, la UCCM debe poder captar los estímulos provenientes del exterior a través de los sentidos y procesarlos para determinar si los mismos están a favor o en contra de nuestra supervivencia.


¿Cómo?

Es un proceso que está a cargo de las redes hebbianas. Grupo de neuronas comunicadas a través de sus axones y dendritas formando verdaderas marañas. Cuánto más veces se repite la experiencia, más comunicaciones entre las neuronas se realizan, estrechando lazos y fortaleciendo el recuerdo de la misma. Como el número de neuronas es finito, si bien nacen y mueren como toda célula, su número proporcionalmente es estable, cuando la red hebbiana necesita fortalecerse por esa repetición que hablamos, recurre a la incorporación de neuronas que estén formando redes cercanas que estén en desuso, o que no se repiten en el tiempo. 

Este proceso que recibe el nombre de robo hebbiano es lo que explica el olvido de recuerdos que no se han reiterado en el tiempo.
Debemos tener en cuenta que nuestro cerebro está más preparado para olvidar lo nuevo, que para recordarlo, como forma de asegurar nuestra supervivencia. Si no fuera así, los recuerdos nuevos pasarían a sustituir siempre los viejos con posibilidad de estar en peligro. El proceso de mantener los recuerdos importantes está dado por la repetición.
“Cuántas más veces recorro el mismo camino para ir a mi casa, más lo automatizo.”
“Cuánto más veces debo repetir un teléfono más lo voy a recordar”
“Cuánto más veces repetimos  un conocimiento nuevo, más se va a incorporar”

¿Dónde?

Este proceso se desarrolla en el cerebro límbico o sistema emocional y el los Lóbulos Pre Frontales (LPF) Debemos diferenciar en la evolución de la especie los conceptos de entrenamiento con los de aprendizaje. Para lograr éste último se requiere la intervención de los LPF, característica netamente humana.
El cerebro es una máquina biológica que se alimenta por un lado del aspecto emocional y por el otro de lo que llamamos cognitivo-ejecutivo. Ambos se complementan y se vuelven imprescindibles.

El aspecto emocional es el que va a marcar la intensidad con que se incorporará el nuevo conocimiento. Lo va a ser en forma rápida, inconsciente y no requiere esfuerzo.
Mientras que el aspecto cognitivo ejecutivo de la adquisición va a ser un proceso más lento, consciente, requiere un importante esfuerzo consciente y un consumo grande de energía, por eso nos cansamos con facilidad, nos agotamos y no podemos mantener la atención por mucho tiempo. Además de todo esto es un aprendizaje fácil de olvidar.


¿Cuándo?

Todo conocimiento nuevo produce inseguridad, rechazo o confusión por ser un potencial peligro para la supervivencia. Así se pone en marcha el proceso de aprendizaje.
Los conocimientos acumulados en la memoria emocional requieren cada vez menos esfuerzos para activarse porque integran la llamada zona de seguridad, donde la UCCM se siente sin peligro de supervivencia.  Esta zona está formada biológicamente por las redes neuronales de la memoria.

En cambio, los conocimientos nuevos, requieren mucho más esfuerzo por parte de los LPF, consumiendo mucha más energía. Estos conocimientos nuevos producen una zona de inseguridad ya que están fuera de la zona anterior que garantizaba la supervivencia.
Lo que tenemos que tener en cuenta es que el verdadero aprendizaje es el que se produce fuera de la zona de seguridad, ya que obliga a los LPF a generar nuevas redes o fortalecer las ya existentes para consolidar el conocimiento.

De todos modos en la medida que profundizamos en los conocimientos de cómo funciona nuestro cerebro, nos vamos convenciendo que debemos cambiar la forma de encarar el aprendizaje en el aula.  Habitualmente nos conformamos con brindar el conocimiento bajo determinadas estructuras que no llevan al niño a salir de su zona de seguridad, no facilitando el proceso de consolidación del conocimiento.


Mag. Mtra. Susana Echeverría Vanzzino